La historia de hoy ha llevado a Babushka a visitar Novoukrainsky, un pequeño pueblo al sur de la ciudad de Chelyabinsk, en la misma región. Un suceso ha conmocionado a este humilde municipio de escasos recursos y lo ha puesto en el punto de mira de las autoridades. Un baño letrina portátil acabó siendo usado como leña de una manera bastante peculiar.
La historia se remonta a finales de la primavera de 2019, donde una comitiva política se personó en esta pequeñísima aldea para cortar la cinta inaugural de una obra que prometía perdurar por mucho tiempo y que se hablaría de la misma durante generaciones.
«Me complace presentar esta letrina portátil que hará que el invierno en el pueblo sea más llevadero a los vecinos. Espero que se haga un buen uso de la misma, pues ha costado 10.000 rublos, casi todo el presupuesto mensual» – decía orgullosa Tatyana Zhmorshchuk, jefa del distrito. Después se inició una rueda de entrevistas a los asistentes lugareños.
«El futuro ya está aquí. Por fin podré evacuar en invierno sin necesidad de helarme las pantorrillas, que a mi edad eso ya no puede ser bueno.» – decía Evgenia K. de 76 años.
«Ahora podré decir que vengo de estar sentado en el trono, me sentiré como un tzar (rey).» – comentaba Serguei V. de 24 años, natural de la zona.
Fuese como fuese, durante el otoño la letrina desapareció. Este hecho desconcertó a todo el pueblo, quienes incluso estaban elaborando un horario para uso y disfrute de todos los vecinos. Nadie parecía saber nada. La aldea es demasiado pequeña pero se llenó de especulaciones.
«Todo el mundo sabe que ese retrete lo usaban también como lugar romántico. Por dentro estaba lleno de preservativos usados y otros utensilios perversos. Posiblemente lo haya robado Serguei V. Sé que a sus 24 años es un fracasado que todavía no ha metido su zanahoria en caliente.» – nos contaba Olga S. de 25 años.
«Esto que ha sucedido es una vergüenza. No podemos tener cosas bonitas en el pueblo porque desaparecen. Ahora voy a tener que volver a hacer mis cosas a 20 grados bajo cero detrás de los árboles de al lado de casa. No es agradable salir a esa temperatura por la noche ni usar el cubo.» – nos narra Anastasia K. de 48 años.
«Yo no soy ningún fracasado, de hecho me gustaba esta letrina. En ella guardo hermosos recuerdos como mi primera vez, con la hermana de Olga S. Ella todavía no ha superado que la haya remplazado por alguien más joven.» – se defendía Serguei V. nuevamente ante las acusaciones anteriores.
El inodoro portátil, que estaba instalado junto a la estación de paramédicos y parteras, parecía realmente haber desaparecido sin dejar ningún rastro. Las investigaciones criminales no llegaban a ninguna parte. Parecía ya un caso perdido.
«Es un misterio, tanto como el hecho de que de la casa de Vova últimamente sale bastante más humo de la chimenea y tiene nueva madera barnizada en el jardín.» – dijo Ksenia S. en un sorprendente giro de la investigación. Se decidió por tanto acudir a la casa de Vladimir (Vova).
«No.» – respondió Vova ante la pregunta de que si había él robado la letrina pública del pueblo. Su esposa posteriormente nos contaba lo calentita que estaba el hogar con la nueva leña que Vladimir llevó a casa y nos contó el proceso de transporte de la letrina en un tablón a cuatro ruedas de tipo patinete casero.
La jefa del distrito, Tatyana Zhmorshchuk, ya ha informado que la letrina se restaurará a su debido tiempo, pues «las cosas de palacio van despacio» y que se presentarán cargos criminales contra el vecino Vladimir por destrucción de propiedad pública, además de los daños morales causados al resto de vecinos. Será acusado como «ladrón de retretes».
¿Qué opina Babushka de todo esto? Pues nos cuenta que cuando era joven trabajaba como contable y que el presupuesto del pueblo no le cuadra. Pero también nos dice que las letrinas portátiles son para lo que son, no para convertirlas en leña o usarlas de picadero. También maldijo varias veces a Vova, pues tuvo necesidad de acudir al bosque tras los árboles…