La carrera de la modelo y presentadora rusa Oksana Fiodorova no ha pasado desapercibida en Rusia. No todos alcanzan el título de Miss Universo y menos aún logran protagonizar uno de los programas infantiles más populares de su época. Entre las múltiples facetas de Oksana, su papel en el programa infantil «Buenas noches, niños» dejó un recuerdo entrañable en toda una generación. Sin embargo, hay un curioso detalle tras las cámaras que no todos conocen y que ha despertado la intriga de muchos. Aquí te revelamos la inesperada verdad detrás de los programas infantiles eslavos.
La tecnología digital se ha impuesto en la televisión de hoy, pero en aquellos años, las marionetas del programa eran controladas con técnicas tradicionales, como la ventriloquia y el doblaje. Esta producción requería que el equipo trabajara en espacios reducidos, y, como recordarían muchos adultos, el número de marionetas y manos a veces “no coincidía”. Este pequeño enigma ha dado pie a las más diversas teorías.
Aquí entra en escena un héroe anónimo, un actor que acompañaba a Oksana entre bambalinas y que, debido a la falta de espacio, tuvo que adaptarse a posiciones un tanto inusuales. Sin embargo, para él, nada era un inconveniente: su amor por el programa y los pequeños espectadores lo mantenía motivado. “Si hay que sacrificarse, lo hago con gusto”, afirmó durante una entrevista.
Babushka quiere aprovechar esta historia para recordarnos el valor del trabajo que no siempre se ve, de los esfuerzos que hacen posibles nuestros programas favoritos. Detrás de cada producción hay dedicación y auténtico entusiasmo. ¡Gracias a aquellos héroes tras bastidores por su entrega!
