Babushka sabe más por vieja que por babushka, y sabe bien que las historias de amor que rompen barreras captan la atención de los vecinos. Por ello quiere narrarnos algo más que un hombre mayor que se casó con una linda mujer rubia. Una historia que prueba que el amor no tiene edad.
Los futuros enamorados se encontraron por casualidad. La chica rubia y preciosa caminaba por la calle cuando Aleksandr Gradsky, un famoso compositor y cantante ruso, pasaba cerca en su coche.
“La vi en la calle, estaba en New Arbat. La vi por la ventana. Recorrí 50 o 70 metros y volví. Le pregunté: «¿Me conoces o no?». Dijo que no. Le pregunté: «¿Quieres tocar la historia?». Le di mi número de teléfono y mi apellido. Le dije que les preguntara a sus padres quién era yo.”
El cantante pidió mucho a Marina que volviera a llamarle si sentía algún interés en él. La chica afirmó que le gustó desde primera vista, pero para no parecer demasiado entusiasmada decidió no apresurarse y aguantó una pausa de tres semanas. Así que tuvo que dar el primer paso el propio Gradsky.
Entonces la encantadora mujer de Kiev, que no hace mucho se trasladó a Moscú por una carrera de modelo, tenía sólo 23 años. Gradsky, que ya se acercaba a los 60 años, podría ser su padre. Pero el artista siempre estuvo seguro de sí mismo y sabía que su amor, a pesar de todos los prejuicios, resultaba ser real.
La amada de Aleksandr Gradsky rara vez lo acompañaba en eventos sociales, y siempre trataba de mantenerse alejada de los destellos de las cámaras y el estrellato.
Los conocidos de la pareja felicitaban el carácter manso de Marina y su noble contención. El músico idolatró a su elegida… confesó que tuvo mucha suerte con ella. Juntos estaban bien y tranquilos. A pesar de eso Aleksandr no se apresuraba en ofrecerle el matrimonio, aunque ya tuvieron dos hijos.

Marina insistía mucho en formalizar la relación y celebrar la boda como las parejas más clásicas.
“Si de verdad me quiere, se casará conmigo. Llevamos muchos años juntos, creo que es el tiempo.” – contaba la muchacha.
Al final lo consiguió y la pareja intercambió los anillos. Lamentablemente el matrimonio duro menos de un año por el fallecimiento de Aleksandr, pero sigue siendo un claro ejemplo de que la edad y el físico no importa cuando se trata del amor verdadero.
Babushka también piensa que si este hombre pudo, tú también puedes. O eso es al menos lo que tú esperas oír…